desde 1900 hasta 1992
júbilo y huelgas
 
 

Le cabe a Figueroa Alcorta presidir las celebraciones del centenario de la Revolución de Mayo, que tendrán lugar en 1910. Y se llegará a ellas en medio de arduas circunstancias. Ya que la situación social se agita desde los comienzos del nuevo siglo.


El 14 de julio de 1889 –centenario de la Revolución Francesa–, se había fundado en París la “II Internacionalâ€, donde predominaban los socialistas, aunque en ella estuvieran también presentes anarquistas y comunistas. En tal oportunidad se resolvió, entre otras cosas, que en todas partes del mundo se rindiera homenaje, el 1º de mayo, a “los mártires de Chicagoâ€, activistas ejecutados allí con motivo de una huelga violenta. Al año siguiente, un comité obrero formado por extranjeros conmemoró esa fecha aquí, cumpliendo lo decidido por la II Internacional.


Las primeras agrupaciones obreras argentinas nacen bajo el signo de la izquierda y estuvieron constituidas por inmigrantes. ésas fueron las características de la FOA (Federación Obrera Argentina), fundada en 1901, y de la FORA (Federación Obrera Regional Argentina), una escisión de aquélla, producida en 1904 e inspirada por el “comunismo anárquicoâ€. Recién con el advenimiento de Perón, en los años 40, el movimiento sindical dejaría de lado al marxismo, adquiriendo un sentido característico y peculiar.


A las puertas del Centenario, la agitación ideológica y los bajos salarios determinaron que proliferaran las huelgas. El 1º de mayo es recordado por los anarquistas de la FORA con un acto no autorizado, en Plaza Lorea. La policía lo disuelve a balazos, dejando como saldo 8 muertos y 40 heridos. Los socialistas se declaran solidarios con los anarquistas y declaran la huelga general, que se desarrolla violentamente pues los huelguistas matan “crumiros†(rompehuelgas), vigilantes y conscriptos. Como respuesta, se dicta el estado de sitio y se aplica la Ley de Residencia. Esta última había sido sancionada en 1902 y autorizaba la deportación de extranjeros, que comprometiesen la seguridad o alteraran el orden público.


Durante el entierro de los muertos en la Plaza Lorea se registraron escenas dramáticas, reiterándose las amenazas contra el coronel Falcón, jefe de policía. El 14 de noviembre de ese año (1909), un anarquista polaco, Simón Radowitzky, arroja una bomba de dinamita al paso del coche de caballos que conduce a Falcón y a su secretario, Juan Alberto Lartigau –quienes salen de la Recoleta–, matando a ambos. En junio de 1910, otra bomba explotaría en el teatro Colón, mientras se representaba la ópera Manon, quedando varios heridos como consecuencia del estallido.


A la violencia anarquista contestan con violencia algunos civiles, que colaboran con las fuerzas del orden para evitar que los atentados empañen la celebración del Centenario. La cual se lleva a cabo rodeada por medidas extremas de precaución y al amparo del estado de sitio. No obstante esto, resulta muy lucida y, entre las visitas más significativas que se reciben, debe mencionarse la de la infanta Isabel, tía del rey de España, Alfonso XIII. La infanta es simpática, campechana, castiza, y su presencia en Buenos Aires, al festejarse los 100 años de la Revolución de Mayo, tiene un simbolismo explícitamente cordial.


Los argentinos se regocijan en su aniversario y, a despecho de los problemas que la afligen, descuentan que un magnífico porvenir aguarda a la República.


El del Centenario es también año de elecciones presidenciales, pues concluye el período iniciado por Quintana y que completara Figueroa Alcorta. Con la muerte de aquél, se ha desinflado la posible candidatura de su amigo Marcelino Ugarte quien, de todos modos, sigue siendo el dueño de la provincia de Buenos Aires. Tampoco resulta viable una tercera presidencia de Roca, que en algún momento ha aspirado a ella. Surge así nuevamente el nombre de Roque Sáenz Peña, pospuesto por el de su padre en 1892. Hipólito Yrigoyen y el radicalismo persisten en la que denominan “abstención revolucionaria†y, el 12 de junio de 1910, los colegios electorales se pronuncian por el binomio Sáenz Peña-Victorino de la Plaza, para presidente y vice de la República.