Primera Junta
La Primera Junta reunida, fragmento del óleo de Julio Vila y Prades El 25 de mayo de 1810, después de una semana de intrigas y agitación en la ciudad de Buenos Aires, por votación llevada a cabo en el seno del Cabildo se resolvió la cesación en su cargo del virrey Baltasar de Cisneros y la creación de un gobierno propio en su lugar, designándose los miembros que integrarían aquella Primera Junta. El primer gobierno patrio, cuyo nombre completo era “Junta Superior Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de Instalada Fuerte de Buenos Aires La Juntay los pueblos del interior Con el fin de hacer conocer los acontecimientos ocurridos en Buenos Aires, el 27 de mayo Estas circulares, tan cordiales en su contenido, eran llevadas por una expedición militar que debía imponer los principios de la revolución a cualquier precio. Con esa misión, Obra de En pocos meses de gobierno No faltaron medidas económicas, habilitando nuevos puertos para aumentar y agilizar el comercio exterior, y reprimiendo enérgicamente el contrabando. Ante los difíciles tiempos que se avizoraban, en defensa del movimiento revolucionario, Política exterior La decisión de la Junta de afianzar los principios revolucionarios no solo abarcaba el ámbito interno del ex virreinato del Río de la Plata, pues era necesario lograr el reconocimiento del nuevo gobierno surgido de la revolución por las potencias extranjeras. Para ello se enviaron misiones diplomáticas, a la corte portuguesa instalada en Brasil, debido al interés de la infanta portuguesa Carlota Joaquina de coronarse reina del Río de la Plata, y a Gran Bretaña, para comunicar que el libre comercio sería propugnado por la junta.
Tendencias En el seno de la Junta surgieron inmediatamente dos tendencias contrapuestas sobre la manera de concebir y llevar adelante la revolución. Ellas fueron las posturas sostenidas por el presidente, Cornelio Saavedra, y uno de los secretarios, Mariano Moreno. Moreno, de personalidad enérgica y audaz, pretendía la inmediata y absoluta separación de España. Admiraba profundamente la Revolución Francesa de 1789, era defensor del libre comercio y el centralismo porteño. Saavedra, tranquilo y reposado, no compartía esas ideas. Consideraba que debía procederse con cautela si se deseaba triunfar en la lucha emancipadora. Sostenía la independencia americana pero sin romper con la tradición española, por eso sostenía una transición natural que fuera transformando gradualmente las instituciones. En pocos meses de gobierno |
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