Lecciones de Historia Rioplatense
Cornelio Saavedra “legalista”
 
 
El 20 de Moyo por la mañana, los regidores, muy alarmados, resolvieron hablarle al virrey. Este, dándose cuenta de la gravedad del momento, ordenó una reunión de militares en el Fuerte. Después de compulsadas, las opiniones, se adoptarían las medidas que la oportunidad indicara.

Esa tarde tomó la palabra —en nombre de la oficialidad presente— Cornelio Saavedra, intentando explicar su actitud del 1° de Enero de 1809 cuando apoyó la autoridad constituida contra los rebeldes del partido español. “Son muy diversas las épocas del 1° de Enero de 1809 y la de Mayo de 1810, en que nos hallamos —adujo Saavedra—. 9 En aquella existía la España, aunque invadida por Napoleón; en ésta toda ella, todas sus provincias y plazas están subyugadas por aquel conquistador, excepto sólo Cádiz, y la isla de León, como nos aseguran las gacetas que acaban de venir y V. E. en su proclama. ¡Y qué, señor! ¿Cádiz y la isla León son España? ¿Este territorio inmenso, sus millones de habitantes, han de reconocer su soberanía en los comerciantes de Cádiz y en los pescadores de la isla de León?”

Son muy sabrosas estas palabras. Revelan el desprecio no disimulado por los “comerciantes de Cádiz”; alusión clara a algunos miembros del flamante Consejo de Regencia. Y acaso explica la posición frente a Alzaga —comerciante también— del jefe de Patricios en la recordada jornada de 1809. Por su boca hablaba, así, la vieja tradición del Río de la Plata en ocasión tan memorable como la referida.

Y continúa Saavedra: “¡Los derechos de la Corona de Castilla a que se incorporaron las Américas, han recaído en Cádiz y en la isla de León, que son partes de una de las provincias de Andalucía! ¡No, Señor! No queremos seguir la suerte de España, ni ser dominados por los franceses; hemos resuelto reasumir nuestros derechos y conservamos por nosotros mismos. El que a Vuestra Excelencia dio autoridad para mandarnos ya no existe; de consiguiente, tampoco Vuestra Excelencia la tiene ya, así es que no cuente con las fuerzas de mi mando para sostenerse en ella.”

Los argumentos esgrimidos el 20 de Mayo por el que debía ser presidente de la Primera Junta, fueron repetidos en la sesión del Cabildo Abierto del día 22. Ampliados y desarrollados jurídicamente por los criollos, como lo hemos de ver en seguida.

La “legalidad” sería la voz de orden de los que invocaban, ante el virrey, disposiciones de las leyes de Indias en apoyo de sus reclamaciones. Los Cabildos Abiertos, en efecto, debían autorizarse —decía la ley—, en los casos de un inminente e imprevisto peligro o en el supuesto que la autoridad legítima hubiera desaparecido por cualquier motivo. El momento había llegado entonces, por que: “España —sostenían los patriotas había caducado”.

Entramos al 21 de Mayo. Cisneros, luego de verificar el pensamiento de los militares, terminó accediendo a la convocatoria del vecindario para el día siguiente.