Lecciones de Historia Rioplatense
Reacción en Buenos Aires
 
 
La reacción fue unánime. Había que defenderse de la amenaza de una nueva invasión extranjera, esta vez ordenada por Napoleón.

El 13 de Mayo atraca en Montevideo un bergantín inglés —el “Juan París”— desembarcando con su cargamento unas gacetas que llegaron a manos del gobernador Joaquín Soria. Una de ellas quedó en poder de Agustín Donado, quién —no obstante la tormenta que en esos momentos agitaba el río— pudo pasarla al grupo de sus amigos bonaerenses. Cisneros, luego de consultar con los cabildantes, resuelve publicar un manifiesto aconsejando moderación.

La proclama del 18 es bien conocida. No voy a referirme a ella. Esa noche, reuniéronse los criollos en casa de Rodríguez Peña a fin de deliberar sobre la gravedad de la situación. Concurrieron oficiales y jefes de los cuerpos de Patricios, Arribeños, Húsares, clases y Granaderos. A saber: los hermanos Balcarce, Terrada, Superí, Esteve y Llac, Martín Rodríguez y otros. Saavedra, en esos momentos se encontraba: en San Isidro. Fue destacado un chasque especial para avisarle que se presentara en la Capital.

Entretanto, resolvióse destacar dos comisiones que entrevistarían al alcalde Lezica (Saavedra y Belgrano) y al procurador Leiva (Castelli), que habían demostrado simpatía por los criollos. El virrey debía acordar la autorización legal para la reunión del Cabildo Abierto en la ciudad.

Omitiré detalles, destacando sólo algunos hechos de la semana de Mayo para hacer pie en ellos y continuar el hilo de la relación.