desde 1900 hasta 1992
Perón presidente
 
 

A mediodía del 12 de octubre de 1973, Perón asume por tercera vez la presidencia de la República, ahora con su mujer como vicepresidente. Habla por la tarde a la concurrencia, que festeja el acontecimiento en Plaza de Mayo. Pero, dada la situación reinante, lo hace protegido por un cristal antibalas, colocado en el balcón de la Casa Rosada. Su figura se ve borrosa tras el vidrio blindado.


Perón intenta restablecer el orden. Empresa nada fácil, ya que la guerrilla persiste en su intento de alcanzar la totalidad del poder, frustrado en Ezeiza por obra y gracia del coronel Osinde. Los “montoneros” no son ajenos a ese propósito, aunque la asunción de Perón les obliga a usar toda clase de recursos dialécticos, para explicar su papel de presuntos peronistas enfrentados con él.


El 19 de octubre, las autoridades expulsan a refugiados chilenos llegados al país con motivo del derrocamiento de Allende. Ese mismo mes, la Legislatura de la provincia de Buenos Aires deroga una vieja ley que declaraba a Juan Manuel de Rosas “reo de lesa patria”.


El ERP secuestra al coronel Florencio Emilio Crespo, a comienzos de noviembre. Poco después, estalla una bomba en el coche del diputado Hipólito Solari Yrigoyen, radical vinculado con la subversión, que resulta herido. Los gobiernos de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Chubut y alguna más, están también vinculados a ella, hallándose a su frente Oscar Bidegain, Ricardo Obregón Cano, Alberto Martínez Baca y Jorge Cepernic, respectivamente. En diciembre, el diputado Arce acusa a Bidegain de repartir armas a grupos marxistas.


Y a poco de empezar 1974, el 19 de enero, ERP lleva a cabo una operación en gran escala, asaltando el cuartel del regimiento 10 de Caballería, en Azul. Los incursores matan al jefe de la unidad, coronel Camilo Gay, en presencia de su mujer e hijos, y luego asesinan a aquélla y a un soldado, delante de los chicos. Aunque son rechazados, sufriendo bajas, se retiran llevándose secuestrado al jefe del grupo de Artillería contiguo a la unidad, teniente coronel Jorge Ibarzábal. Contrariamente a lo señalado en los manuales de lucha insurreccional, los soldados conscriptos, lejos de plegarse a los guerrilleros, han combatido eficazmente contra ellos.


Perón se indigna. Ya ha hablado al país vistiendo uniforme de teniente general, lo cual implicó una definición plástica y elocuente, cuando impone la renuncia a Bidegain, responsabilizándolo por el ataque al cuartel de Azul. Dos días después, 8 diputados de la Juventud Peronista, vinculados con “Montoneros”, deben renunciar a sus bancas. Antes de concluir el mes, se nombra jefe de policía al comisario Alberto Villar, un hombre duro –nacionalista–, que llevará adelante la represión utilizando todos los medios a su alcance.


En febrero cae el gobernador izquierdista de Córdoba, Obregón Cano, y su vice Atilio López. Allí se ha amotinado el jefe de policía, teniente coronel Antonio Domingo Navarro, deponiendo a los titulares del Poder Ejecutivo provincial en una acción de sentido opuesto al “Cordobazo”, que se conocerá como “Navarrazo”.


Desde La Paz se informa que la guerrilla boliviana (PRTBELN) conspira desde la Argentina, integrando un grupo denominado JCR (“Junta Coordinadora Revolucionaria”), que se completa con el ERP de nuestro país, el MIR de Chile y “Tupamaros” del Uruguay.


El gobierno frena la venta de anticonceptivos; el 9 de abril Benito Llambí, ministro de Relaciones Exteriores, declara que la Argentina necesita 50 millones de habitantes para el año 2.000; poco después, en una reunión preparatoria para el Congreso Mundial de Población que ha de llevarse a cabo, la delegación argentina se pronuncia contra el control demográfico.


En un curso de Doctrina Justicialista, expresa Perón que su movimiento “nunca quiso llamarse socialista”. El 24 de abril, se dicta orden de captura contra Envar El Kadre (marxista “entrista”, fundador de las FAP y actual productor de cine), uno de los precursores de la lucha insurreccional en el país (Taco Ralo).


Jorge Quiroga, ex miembro de la Cámara Federal, es asesinado a tiros, el 28 de ese mes, por una pareja de terroristas pertenecientes al ERP “22 de Agosto”, que hace fuego sobre él desde una moticicleta.











Esta línea, correcta sin duda, será continuada por el gobierno del doctor Menem, pronunciándose la delegación argentina contra el aborto en la Conferencia Internacional sobre Población que, con motivo del Año de la Familia, tuviera lugar en El Cairo, convocada por las Naciones Unidas en septiembre de 1994.



Con motivo de la expulsión de monseñores Tato y Novoa, en 1955, Perón había incurrido en una causal de excomunión. Aunque la misma nunca fue explícitamente declarada a su respecto, desde la quinta “17 de Octubre” dirigió un pedido al Papa Juan XXIII, que en algunos de sus párrafos decía: “Temiendo haber incurrido en la excomunión speciali modo reservada [...] sinceramente arrepentido pide, por lo menos ad cautelam, la absolución. En realidad el que suscribe ya ha sido absuelto, por motivos de caso urgente, por su propio confesor y admitido a los sacramentos: pero desea en todo estar en paz con la Iglesia y por esto ha presentado la presente solicitud, contento además de poder hacer este acto de humildad”.


El 12 de febrero de 1963, el obispo de Madrid-Alcalá escribe a Perón, acompañando copia fiel de los documentos pontificios que acreditan habérsele otorgado la absolución pedida.


Por lo tanto, al asumir éste nuevamente la presidencia de la Nación, había regularizado su situación con la Iglesia.